El uso de biometría en lugar de contraseñas alfanuméricas presenta varias ventajas significativas, especialmente en términos de seguridad, conveniencia y experiencia del usuario. Aún así, no todas las formas biométricas tienen el mismo nivel de seguridad, y la elección del método adecuado puede marcar la diferencia entre una identidad protegida y una fácilmente hackeable.
Aunque las más extendidas hasta la fecha son la autenticación por huella dactilar o el reconocimiento facial, la autenticación mediante el iris se posiciona como una de las soluciones más confiables y seguras por la unicidad que la caracteriza.
¿Pero le estamos prestando la atención que se merece? ¿De qué manera podemos proteger la característica más única que poseemos? En el artículo de hoy, intentaremos dar respuesta a estas preguntas y analizaremos los futuros usos que esta particularidad puede facilitarnos.
La biometría: la llave de nuestra identidad
Mientras que las contraseñas tradicionales son algo que podemos compartir con facilidad, perder u olvidar, nuestra biometría es intransferible y única. Por ello, usar aspectos de nuestra biometría como llave de acceso se ha popularizado en los últimos años, sobretodo para acceder a nuestros smartphones, ya sea a través de la huella dactilar o bien, a través del reconocimiento facial. Pero estas formas de acceso biométrico aunque son muy cómodas de usar, no son infalibles.
En el caso de la huella dactilar, su uso masivo y la información registrada y almacenada en bases de datos fuera de nuestro alcance, como las gubernamentales, representa un riesgo significativo, ya que aunque estas bases suelen estar bien protegidas, no son inmunes a ciberataques que podrían comprometer a millones de identidades. Además, las huellas dactilares pueden ser copiadas con relativa facilidad, por ejemplo, replicando huellas a partir de superficies que una persona haya tocado previamente que una vez ha sido comprometida, no se puede cambiar.
El iris como sello biológico
Aunque también podría estar expuesto a vulnerabilidades, el iris del ojo humano ofrece una serie de ventajas que lo convierten en una opción más fiable para la autenticación biométrica, ya que cada iris es único, incluso entre gemelos idénticos, y su diseño está compuesto por un patrón altamente complejo de fibras y pigmentación que dificulta enormemente su duplicación.
Por otro lado, además de la dificultad añadida para poderlo “robar” como en el caso de las huellas dactilares, los sistemas de reconocimiento de iris convierten el patrón del iris en un código matemático cifrado que no puede ser revertido al diseño original, añadiendo una capa adicional de seguridad.
Pero como hemos comentado con las huellas dactilares, es cierto que cualquier sistema biométrico, incluido el reconocimiento de iris, necesitaría almacenar la información en alguna base de datos para comparar y autenticar las identidades. A continuación, desglosamos cómo se puede reforzar la seguridad de las bases de datos que contienen patrones biométricos, como el iris, para reducir los riesgos de hackeo.
Almacenamiento con encriptación avanzada
Los datos biométricos del iris no se almacenan como una imagen o un patrón visual, sino como un código matemático cifrado generado por algoritmos de reconocimiento. Aún así, con la amenaza inminente de los ordenadores cuánticos capaces de romper esquemas de cifrado clásicos como RSA o ECC, es fundamental implementar técnicas avanzadas y post-cuánticas para proteger esta información sensible:
- Cifrado post-cuántico: Migrar hacia sistemas criptográficos resistentes a la computación cuántica, como los basados en retículas (lattice-based cryptography), códigos de corrección de errores o funciones hash. Estos esquemas están diseñados para resistir los ataques de los futuros ordenadores cuánticos.
- Cifrado homomórfico: Permite realizar cálculos sobre los datos cifrados sin necesidad de descifrarlos, lo que añade una capa de protección garantizando que el proceso de comparación y autenticación sea seguro incluso si se intercepta el flujo de datos.
- Tokenización dinámica: Los datos biométricos pueden ser convertidos en tokens únicos que caduquen una vez utilizados, por lo que al no tenerse que reutilizar no se almacenarían en su forma original, haciendo que cualquier fuga sea irrelevante.
- Uso de algoritmos híbridos: Al combinar esquemas de cifrado actuales (como ECC) con algoritmos post-cuánticos, se podría asegurar la compatibilidad a corto plazo y la resistencia futura frente a ataques cuánticos.
- Distribución descentralizada de datos: Almacenar los datos fragmentados y distribuidos en múltiples servidores con tecnologías como blockchain o bases de datos descentralizadas y distribuidas, dificultaría enormemente el acceso no autorizado a la información completa.
La tecnología ZK y la autenticación biométrica del iris
En el punto anterior hemos visto algunas formas para proteger el almacenamiento de la información, pero ¿qué medidas podemos tomar si queremos compartir la información con terceros, por ejemplo, para verificar nuestra identidad, sin tener que exponer datos sensibles? Aquí es donde entraría en juego la tecnología Zero-Knowledge (ZK) junto con las pruebas de conocimiento cero (ZKPs) que ofrecen una solución para garantizar la seguridad y la privacidad de la información cuando ésta se comparte sin comprometer la información del usuario.
Como vimos ya hace unas semanas en nuestro blog, las pruebas de conocimiento cero permiten demostrar que se posee una información sin revelar la información real, gracias a técnicas criptográficas avanzadas que permiten la verificación de la posesión de una información sin necesidad de revelar el contenido de dicha información. Por lo tanto, gracias a esta capacidad para verificar identidades sin exponer datos sensibles, ZK podría ser la clave para superar los riesgos actuales asociados al almacenamiento y procesamiento de datos biométricos.
Si se combina con técnicas avanzadas como la descentralización y la encriptación homomórfica, la biometría del iris podría transformarse en una solución prácticamente invulnerable a hackeos, posicionándose como una de las herramientas más seguras para la protección de identidades en el mundo digital. De esta manera, el proceso que se podría seguir para autenticar la identidad sería la siguiente:
- Verificación sin exponer el patrón del iris: El patrón del iris puede ser procesado localmente en el dispositivo del usuario y transformado en una prueba criptográfica mediante un algoritmo ZK. Así, el servidor (o sistema de autenticación) recibe únicamente esta prueba ZK, que permite verificar que el usuario es quien dice ser, sin nunca recibir el patrón del iris ni almacenarlo directamente.
- Almacenamiento seguro en la base de datos: En lugar de almacenar patrones de iris en texto claro o incluso en forma cifrada tradicional, los datos podrían almacenarse como compromisos criptográficos (usando técnicas como zk-SNARKs o zk-STARKs). Estos compromisos permiten verificar la autenticidad de una persona sin necesidad de desencriptar o exponer la información subyacente, reduciendo el riesgo de filtraciones.
- Autenticación descentralizada: Usando pruebas de conocimiento cero (ZKPs) junto con tecnologías descentralizadas como la blockchain, los datos biométricos pueden ser distribuidos y autenticados de forma descentralizada, eliminando así, la necesidad de confiar en un único servidor o entidad centralizada.
- Pruebas en tiempo real: Durante un escaneo de iris, el dispositivo podría generar en tiempo real una prueba ZK que confirme que el iris pertenece a un usuario autorizado, sin transmitir o almacenar el patrón real del iris.
Conclusión
La biometría ha transformado la forma en que nos autentificamos, ofreciendo una combinación única de conveniencia y seguridad que las contraseñas tradicionales no pueden igualar. Sin embargo, no todas las tecnologías biométricas son igual de infalibles, y el uso del iris como método de autenticación destaca como una de las opciones más fiables y avanzadas, gracias a su unicidad y a las barreras inherentes para su duplicación o robo.
A medida que el mundo digital sigue evolucionando y los ciberataques se vuelven más sofisticados, proteger los datos biométricos se convierte en un desafío importante, y gracias a tecnologías emergentes como las pruebas de conocimiento cero (ZKPs) y la encriptación avanzada nos ofrecen una solución para que la autenticación biométrica sea no solo eficiente, sino prácticamente invulnerable.
Además, el uso de enfoques como la descentralización, el almacenamiento encriptado y las pruebas en tiempo real puede garantizar que nuestra biometría, y en particular el iris, se conviertan en la llave definitiva de nuestra identidad digital, sin exponer nuestra privacidad. Así, la combinación de innovación tecnológica y buenas prácticas en seguridad nos permitirá aprovechar al máximo las ventajas de la biometría, consolidando un futuro más seguro para la protección de nuestras identidades en el mundo digital.
Recursos:
[1] Block&Capital – Pruebas de conocimiento cero (ZKPs): El futuro de la gestión de identidades
En Block&Capital, nos esforzamos por crear un entorno donde el crecimiento y el éxito sean accesibles para todos. Si estás listo para impulsar tu carrera profesional, te animamos a unirte a nosotros.
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