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Distribuido vs Descentralizado: ¿Entendemos realmente estos conceptos?

En el ámbito tecnológico, especialmente en relación con blockchain y las tecnologías de registro distribuido (DLTs), es común ver que se utilizan los términos “descentralizado” y “distribuido” como si fueran sinónimos. Aunque están estrechamente relacionados, no lo son, y esta confusión, además de ser frecuente, puede generar malentendidos sobre las capacidades y ventajas reales de estas tecnologías.

¿Por qué seguimos confundiendo estos términos? ¿Es una cuestión de desconocimiento, o quizás hay algo más detrás? En este artículo, exploraremos las diferencias esenciales entre ambos conceptos, cuestionando si utilizamos las palabras correctas y qué implicaciones tiene esta falta de precisión.

¿Qué significa “descentralizado”?

Un sistema descentralizado distribuye el control entre múltiples nodos, eliminando la dependencia de una única autoridad central, por lo que en lugar de concentrar el poder en una entidad específica, las decisiones y validaciones se comparten entre los participantes, lo que aporta beneficios como:

  • Autonomía: Estos sistemas no dependen de un organismo central para operar. Por ejemplo, la blockchain de Bitcoin funciona de manera independiente gracias a su protocolo, que establece reglas seguidas por todos los nodos. Este diseño no solo reduce costes al eliminar intermediarios, sino que también refuerza la seguridad al impedir que una sola entidad controle el sistema.
  • Resiliencia: Al no contar con un único punto de fallo, son más resistentes a ataques y manipulaciones. A modo de ejemplo, en el caso de querer comprometer Bitcoin, se requeriría controlar más del 50% de su poder de cómputo, lo cual sería extremadamente difícil y complejo. Además, su arquitectura protege la red frente a desastres naturales o cualquier tipo de interrupción.
  • Transparencia: Las decisiones relevantes se toman mediante procesos de consenso en los que todos los nodos tienen voz. Esto garantiza que las reglas sean claras y verificables, y que las transacciones sean visibles para todos los participantes.

Bitcoin es un ejemplo emblemático de descentralización: las transacciones son validadas por un consenso entre los nodos sin que exista una entidad central. Aunque también es un sistema distribuido, su descentralización asegura que ninguna organización pueda controlarlo o censurarlo.

¿Qué significa “distribuido”?

Por otro lado, un sistema distribuido reparte las tareas o componentes entre diversos nodos, ubicados en distintas localizaciones, con el objetivo de mejorar aspectos como:

  • Eficiencia: La distribución de responsabilidades permite procesar grandes volúmenes de datos o transacciones de manera más rápida. Por ejemplo, servicios como Google Cloud asignan tareas específicas a distintos servidores, maximizando su rendimiento.
  • Escalabilidad: Estos sistemas pueden crecer añadiendo nuevos nodos sin comprometer su funcionalidad, lo que los hace ideales para aplicaciones con altas demandas, como redes sociales o plataformas de streaming.
  • Redundancia: Si un nodo falla, otros pueden asumir su función, asegurando la continuidad del servicio y la integridad de los datos. Sistemas de almacenamiento como Google Drive replican información en múltiples ubicaciones, protegiéndola frente a desastres.

Sin embargo, la distribución no implica necesariamente descentralización. Aunque los nodos estén repartidos, una entidad central puede conservar el control de todo el sistema. Por ejemplo, un clúster de servidores gestionado por Google está distribuido, pero la autoridad reside exclusivamente en la empresa.

La diferencia entre descentralizado y distribuido

Un sistema distribuido puede repartir físicamente sus componentes, pero mantener el control en una única autoridad. En cambio, un sistema descentralizado asegura que el poder esté equitativamente distribuido entre sus participantes.

Ejemplo práctico:

Para entender mejor esta diferencia, imagina una empresa con varias sucursales:

  • Sistema centralizado: Todas las decisiones importantes las toma el director desde la oficina principal, aunque algunas tareas operativas se deleguen.
  • Sistema distribuido: Las sucursales están en distintas ciudades, y cada una tiene su propio equipo operativo. Sin embargo, todas las decisiones clave (estrategia, precios, políticas) se toman desde la oficina central.
  • Sistema descentralizado: Cada sucursal actúa de manera autónoma dentro de un marco común, tomando decisiones locales sin depender de una sede central.

Esta analogía explica cómo un sistema puede estar físicamente distribuido (como las sucursales de la empresa), pero no necesariamente descentralizado (si el poder sigue concentrado en una oficina central).

Ambigüedad y estandarización en el término DLT

El uso extendido del término DLT ha fomentado una ambigüedad que contribuye a la confusión. Frecuentemente, “registro distribuido” se emplea como si fuera sinónimo de “sistema descentralizado”, cuando en realidad son conceptos distintos. Esta falta de precisión permite que tecnologías centralizadas con arquitectura distribuida se presenten como descentralizadas, lo que puede resultar en una percepción errónea por parte de los usuarios y los mercados.

Es necesario reflexionar si “tecnología de registro distribuido” es el término más apropiado, o si debería redefinirse para establecer claramente la diferencia entre la distribución física de los datos y la descentralización del poder. Esto no solo ayudaría a evitar malentendidos, sino que también alinearía las expectativas con la realidad tecnológica.

Conclusión: ¿Estamos usando los términos de forma correcta?

La confusión entre “distribuido” y “descentralizado” no es solo un error técnico; es un problema que distorsiona las expectativas y, en algunos casos, beneficia a quienes desean proyectar ciertas tecnologías como más autónomas de lo que realmente son.

  • No todo lo distribuido es descentralizado: Un sistema distribuido puede repartir tareas entre varios nodos, pero no necesariamente implica la ausencia de control central.
  • No todas las DLTs son descentralizadas: Es común asociar automáticamente una tecnología de registro distribuido con la descentralización, pero esta suposición errónea puede llevar a una comprensión incorrecta de sus verdaderas capacidades y limitaciones.
  • Bitcoin logra un equilibrio único: Su blockchain es tanto distribuida como descentralizada, siendo un ejemplo paradigmático de cómo estas cualidades pueden integrarse de manera efectiva.

Así pues, para evitar confusiones, es fundamental que seamos más precisos al usar estos términos. Si comprendemos sus diferencias podremos tomar decisiones informadas, evitar caer en el marketing engañoso y alinear nuestras expectativas con lo que estas tecnologías realmente ofrecen.



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